El partido gobernante afirmó que los militares nigerianos pretendían sabotear las próximas elecciones presidenciales, pero los militares lo negaron.
Los generales se habrían reunido en secreto con el candidato presidencial rival del PDP, Atiku Abubakar, la semana pasada, según un funcionario del APC.
Según el comunicado del ejército, las acusaciones son "perversas" y "malintencionadas".
Está muy reñido quién sucederá al actual presidente de la nación más poblada de África.
Los tres principales candidatos para las elecciones del 25 de febrero son Peter Obi, del Partido Laborista, Atiku Abubakar, del Partido Democrático de los Pueblos, y Bola Tinubu, del gobernante Congreso de Todos los Progresistas.
El ejército declaró que era "leal a la Constitución", profesional, y que nunca tomaría parte en un complot para derrocar al gobierno civil.
El portavoz del Cuartel General de Defensa de Nigeria, el general de brigada Tukur Gusau, declaró que "las Fuerzas Armadas de Nigeria nunca formarán parte de ningún complot innoble para truncar nuestra democracia duramente ganada."
La declaración del ejército no ha recibido respuesta del gobierno ni de los principales partidos políticos.
La gente está más preocupada por asuntos más urgentes como la inseguridad, la escasez de combustible y la falta de nuevos billetes, que se ha sumado a la crisis económica del país, que por la pretensión de toma del poder por parte de los militares, que ha pasado en gran medida desapercibida para la opinión pública.
