Tres fieles fueron secuestrados en Haití por miembros de bandas cuando salían de una iglesia de Puerto Príncipe, la capital, tras la misa dominical.
Según medios locales, los secuestradores piden grandes sumas de dinero como rescate.
En Haití, el número de secuestros para pedir rescate se ha disparado recientemente, y el clero y los lugares de culto son cada vez más el objetivo.
Una "pesadilla viviente", según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
El domingo por la mañana, hora local, testigos informaron de que dos personas que asisten regularmente a los servicios religiosos de la Primera Iglesia Bautista, en el centro de la ciudad, fueron secuestradas por miembros de una banda.
Un sacerdote fue secuestrado apenas cinco días antes mientras viajaba a su comunidad misionera, situada a 27 kilómetros (17 millas) al norte de la capital.
EN EL TERRENO: brutales pandillas dentro de la capital han tomado rehenes.
El padre Antoine Macaire Christian Noah, sacerdote de Camerún, llevaba un año ejerciendo como párroco en la remota comunidad montañosa de Casale antes de ser secuestrado.
El grupo religioso al que pertenece, los Misioneros Claretianos, afirmó haber recibido una petición de rescate por parte de la banda.
En 2022, se registraron más de 1.200 secuestros en Haití, el doble que en 2021.
Sin embargo, la delincuencia en general ha aumentado en Haití, no sólo los secuestros.
El barrio de Brooklyn, que se encuentra en las afueras de Puerto Príncipe, ha experimentado un fuerte aumento de la violencia de las bandas, según un nuevo informe de la ONU publicado la semana pasada.
En él se explica cómo una banda utiliza francotiradores para matar a cualquiera que entre en su territorio y cómo las mujeres son violadas en grupo delante de sus familias para infundir miedo en las zonas que están bajo el control de las bandas.
Volker Türk, Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, calificó los hallazgos de "espeluznantes".
El libro "pinta un cuadro de cómo la gente está siendo acosada y aterrorizada por bandas criminales durante meses sin que el Estado pueda detenerlo", dijo el Sr. Türk.
Después del asesinato del presidente Jovenel Mose en julio de 2021, Haití se sumió en la anarquía.
Desde entonces, la nación está gobernada por el primer ministro Ariel Henry, pero no ha logrado controlar a las bandas, que ahora controlan, según los informes, el 60% de la capital.
El Sr. Henry ha exigido en repetidas ocasiones el despliegue de una fuerza mundial para apoyar a la policía en su lucha contra las bandas criminales. Henry afirma que es esencial garantizar la seguridad para que puedan celebrarse las elecciones, que llevan mucho tiempo aplazadas, pero que ningún país se ha ofrecido aún a liderar dicha fuerza.
